Título: Crónica de una muerte anunciada
Autor: Gabriel García Márquez
País: Colombia
Año de publicación: 1981
Año de publicación: 1981
Editorial: DEBOLS!LLO
N° de páginas: 137
Nota: Este es el
borrador de la crítica. No lo terminé en su momento y ya ha pasado mucho tiempo
como para retomarlo como corresponde, así que prefería dejarlo tal cual.
De todos los libros de Gabriel García Márquez, el más
conocido, comentado y amado es, sin duda, Cien
años de soledad (principalmente porque es maravilloso). También escribiré una
crítica de éste, espero, cuando lo vuelva a leer. Pero déjenme partir con Crónica de una muerte anunciada.
Si las dividimos por territorios, cada literatura tiene su
propio sello, color y características que las diferencian y distinguen de las
demás. Si pensamos en literatura rusa, en seguida la asociamos a un conjunto de
elementos distintos a los que pensamos con la literatura gringa; y pasa lo
mismo si pensamos en la literatura europea y la asiática (se entiende el punto,
cierto).
Y creo que Crónica de
una muerte anunciada, es un ejemplo clarísimo de lo que es la literatura
latinoamericana. O más que eso, creo que representa la cultura latinoamericana.
Cada escena, personaje y decisión están enmarcados en dinámicas tan latinas que
aun sin haberlas vivido es posible identificarse.
Creo que la gran diferencia entre Cien años y Crónica, es
que la primera caracteriza el ethos, es una alegoría (diría que casi una
declaración de principios, pero no me acuerdo tanto como para afirmarlo ahora)
y la segunda es un paisaje; por lo tanto, es lo que podemos percibir y
describir.
Entendemos, cierto, que la mayor parte los elementos que
componen este paisaje no son exclusivos de Latinoamérica, sino que son
universales; pero es la forma en la que se ven representados la que es
particular a nuestro caso.
La sangre es importante. La sangre que corre en las mismas
venas de una familia; la sangre de la menstruación y virginidad de las mujeres;
la sangre derramada por sacrificios. Suele ser el detonante o la conclusión de
muchas acciones. La sangre de Santiago Nassar por la ausencia de sangre de
Ángela Vicario.
La muerte es importante. Así como, en la vida, obvio. Y la
literatura, en tanto medio de expresión de la vida, siempre está en contacto
con ella, tratando de explicarla, de darle un sentido.
En la literatura latinoamericana, la muerte no viene a
salvarnos de la vida, ni tampoco a redimirnos (dos formas muy presentes en
otros territorios literarios). Suele presentarse de tres formas: o te asesinan
–en general, justificadamente–, o mueres de alguna forma peculiar y que pasa
a contarse de generación en generación, o sigues hasta que ya no hay años para
seguir viviendo.
La violencia hacia las mujeres también es importante, ya que
está constantemente presente. Aun así, no conozco un modo de violencia hacia
las mujeres que no se repita en otras partes, que sea exclusivo de América
Latina. Las violaciones, los golpes, la vergüenza, el deber ser, el silencio y
la culpa.
Las tragedias siempre son anunciadas, pero por distintos
motivos, pequeños motivos cotidianos, no se impiden.
Los malos presagios se sienten y se tratan de acallar, sólo
para saber después que fue un error hacerlo.
Y dentro de este correr incansable de vida, se suceden
hechos maravillosos, real maravillosos, que sorprenden o no, pero que pasan, y
se aceptan como ciertos sin vacilar. ¿Quién diría que Santiago Nassar no caminó
ultra apuñalado y cargando sus tripas, para entrar por la puerta de atrás? Incluso
si no se cree, se cree, no sé si me explico.
La vida sigue con todo y a pesar de todo.
Recomendado para: todos, re corto, qué onda.
"no se si me explico"
ResponderBorrar-Memeh 2018, 2019-