lunes, 14 de enero de 2019

[Crítica de libro] "Comunidad" de Ann Patchett






Título original: Commonwealth
Autor: Ann Patchett
País de Nacionalidad: Estados Unidos
Editorial: Harper
Año de publicación: 2016
Nº de páginas: 336




Bert Cousins acude al bautizo de la hija menor de los Keating sin invitación y en el fragor de la celebración, se besa con Beverly Keating en secreto. Este solo hecho es el detonante de la unión de ambas familias en torno a la disolución y reorganización de sus lazos con sus miembros: los padres y los hijos, los hermanos y hermanas, hermanastros y hermanastras y posteriormente sus hijos y parejas.

Es la apertura a experimentar varias décadas en la historia y relaciones de individuos desde una experiencia tan íntima como resultan nuestras propias recolecciones de vida.

Mancomunidad (Commonwealth = riqueza común) se define como “una asociación de municipios que gozan de personalidad jurídica propia para el cumplimiento de sus fines, y pueden existir sin límite de tiempo, o ser creadas únicamente por un tiempo determinado y para la realización de una o más actividades concretas.”

Mi punto siendo: este libro tiene el título mejor asociado a su tema del mundo.

La historia va de exactamente eso. Una comunidad armándose y desarmándose, reorganizándose y afectando a unos y otros con sus torpes estrategias de orden. La familia como asociación política de entidades individuales, que son sus miembros, buscando la manera más conveniente de funcionar.

Los tópicos de este tipo, de familias relacionándose y de la evolución de sus dinámicas en el tiempo, resuenan conmigo desde un sitio cálido y nostálgico en mi herencia latina, leyendo 100 años de soledad por gusto (no por el colegio) y sentirse parte de los Buendía a medida que los conocemos y reconocemos en nosotros mismos, en nuestras vidas mundanas con sucesos tan comunes y a la vez tan extraordinarios.

Este libro no lleva la magia ni el colorido latinoamericano, pero lleva un realismo tan pesado que a ratos se vuelve inverosímil. Es en ese horror de saber que es más chocante la realidad que la ficción en donde esta historia encuentra su punto fuerte y foco de interés; es un relato sobre personas y nos encariñamos porque nos identificamos con ellos y sus experiencias, pero nos quedamos porque esta es una historia poco común y en ningún momento da señales de que terminará bien. Todo parece ir cuesta abajo hasta que ya no lo hace, pero ¡BAM!, ya pasaron 50 años. La autora ya es vieja y está simplemente revisando su vida.

Las cosas sucedieron (o al menos la línea general de los hechos).

La narración pega saltos al futuro y al pasado y eso lastima bastante: duele ver a la bebé siendo una adulta descontenta, duele ver al padre amoroso muriendo de cáncer, duele ver al hermano menor convertirse en el estorbo de ambas familias. A pesar de todo, subyace una cierta impresión de serenidad en ellos (¿o acaso es resignación?) ya que no vemos las tragedias suceder, solo las consecuencias y la imagen que evoca en la memoria del narrador de turno. Si acaso los personajes hicieron escándalo por lo que les tocó vivir, no se manifiesta en “tiempo real”; solo nos queda ese halo de silencioso estoicismo y sabiduría con el que aquellos que ya han vivido un infierno se atreven a revivir su pasado.

Aunque, ¿quien sabe?, puede que la autora haya querido proyectar eso de manera deliberada para permitirles una cierta redención a sus seres amados.

O quizás es simplemente que en realidad fueron una familia excepcional.


Recomiendo el libro a: a quien tenga paciencia porque puede ser tedioso a ratos, a quien guste saber de las historias familiares de otros, fans de 100 años de soledad y la casa de los espíritus

Nota personal: 4 / 5







No hay comentarios.:

Publicar un comentario