viernes, 13 de abril de 2018

Desvaríos inconexos de Marrata: Algunas opiniones sobre los libros ilustrados para niños


Estoy trabajando en un cuento ilustrado para niños y eso consume mucha energía vital, porque de pronto tienes que pensar sobre qué es lo que quiere leer un niño y como quiere que se vea, cuando ya dejaste esa edad hace varios años ya.

Afortunadamente aún atesoro los libros y recuerdos de pequeña, por lo que guardo bien mis impresiones y preferencias de entonces. Mi fórmula perfecta es:

Relatos fantásticos + dibujos realistas = perfección. 

El realismo mágico siempre gana en mi juego, aunque no sea la opción popular hoy en día. En general, los estilos predominantes tienden más a la caricatura cubista y exagerada mientras menor (de edad) sea la target audience, como dando a entender que están tratando de ponerse a su nivel intelectual para entregar el relato de manera efectiva.



Eso me ha molestado siempre; subestiman demasiado las capacidades y gustos del consumidor y se centran tanto en tratar de "pensar como niño" que se olvidan totalmente de preguntarse a ellos mismos si les hubiera gustado ver y leer algún libro así de básico en su infancia. ¡Y quizás sí! Pero yo siempre preferí los "monos lindos". Me gustaban las ilustraciones de flores, de gente con vestidos muy elaborados, de bosques y castillos, me gustaban también los pequeños detalles que no estaban contenidos en la narración pero que eran como regalitos del ilustrador para que fueramos decubriendo si mirábamos bien. Me encantaban los libros de animales, con datos freak sobre ornitorrincos y cacatúas que hasta hoy no me sirven de nada, pero aún esperan su momento. Amaba mis libros de dinosaurios, que mostraban imágenes muy gore de velocirraptors comiendo herbívoros más inútiles (era emocionante ver sangre, porque se sentía tan peligroso y tabú!)






Escaneé éstas ilustraciones de mis libros favoritos de niña, espero los autores no me demanden. Cuando tenga tiempo pongo las fuentes correspondientes, I promise.


Otra cosa muy importante para tener en cuenta es la paleta de colores. Mis libros favoritos siempre tenían una cierta oscuridad en sus atmósferas. Tonos terrosos y composiciones bien silenciosas. Eso es algo que, o viene conmigo de nacimiento, o me inculcaron los propios libros, o me transmitieron mis padres en algún momento. La cosa es que eso aún lo llevo presente, cosa que hizo su tanto en frustrar a mi profesor de pintura con mis obras cuya única flaqueza (desde su punto de vista) siempre fue la falta de luz. Pero bueno, sobreviví a eso y me encantan mis cuadros oscuros, y mis ilustraciones oscuras, y mis relatos oscuros, y siempre ha sido así. 



Éstos también los escaneé, bastante mal además.

Los libros que generalmente hojeo en la librería están saturados al máximo de una paleta que me gusta llamar "set de 12 colores de temperas de kinder": pasto verde manzana, cielo celeste, manzanas rojas en el árbol verde oscuro con tronco café y un sol amarillo pajarillo (me faltaron colores para hacer los 12, pero no se me ocurrió nada con los otros). Y algunos son buenos, o digamos, se saben apropiar de la estética plástica sobrecargada de luminosidad de esos libros y logran algo novedoso e interesante, pero algunos solo se conforman con ilustrar la historia y punto. SOLD. Y no digo que tienen que ocupar mi paleta favorita de colores, sino que la labor de un ilustrador más allá de traducir las palabras a imágen tiene que ver con interpretar y transmitir aquello que comprende de manera personal, por lo tanto nunca está de más un giro de tuerca, un ir más allá de la tarea, un tratar de que la paleta transmita algo más que "día" o "noche", "frío" o "calor". Creo deberían ver más peliculas y entender como trabaja un director de arte, porque los ilustradores no se están exigiendo lo suficiente. Están pensando demasiado como un otro o demasiado como ellos, y la cosa va por un equilibrio entre el comunicar y el recibir el mensaje. Una coherencia que cada vez veo menos, pero quizás solo soy yo.

(Hablaremos de títulos, portadas y personajes en otra ocasión, que ya se acabó mi inspiración rabiosa)

Ésto POR MUCHO no ha sido lo mejor que he escrito en la vida, es más bien yo aportillando aceleradamente contra los libros ilustrados para niños en vez de yo realmente trabajando en mi libro ilustrado que aún no existe del todo. Pero es lo que hay, es todo lo que hay en este instante: un texto muy malo.

Espero poder compartir algo de los progresos del cuento en que estoy trabajando, pero no prometo nada con eso.





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