jueves, 19 de abril de 2018

¿Como hacer un libro ilustrado?: Lo básico


"La odalisca del Sahara" por Beatriz Rojas. Ilustraciones por Mario Gómez


Una vez me explicaron que para hablar de ilustración se necesitan 2 elementos básicos: un texto y una imágen asociada. Así de simple. Y si nos pidieran hacer una ilustración en este instante, estoy segura todos podríamos lograrlo facilmente, con distintos resultados y niveles de complejidad. Ahora, cuando hablamos de publicar una obra literaria ilustrada, se complica un poco el panorama.
Mi papá y yo partimos por conversar de un proyecto colaborativo, aventurados un poco a ciegas, sin saber mucho que hacer o como.
Quise enseguida redactar un punteo de lo que creía era fundamental para concretar el proyecto de libro ilustrado, pero luego leí lo que tenía y me asusté por quizás estar dando pautas sin saber muy bien como resultarían a otra persona; yo siempre topo en mi necesidad de hablar desde la experiencia misma más que desde la sola teoría. Por lo tanto decidí borrar todo y empezar aclarando que esto es una mera documentación de mis conjeturas, obstáculos y resultados de un proceso que se va vislumbrando paso a paso, que además es absolutamente propio y que sinceramente no sabemos donde irá a terminar.
Ok. Quitado eso del medio, vamos desde el principio.

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¿Que se necesita antes de empezar un libro ilustrado?



1. Un proyecto*

Puede partir por una imágen sin historia, una historia sin imágenes, un personaje, una moraleja sin escenario o a veces incluso una técnica artistica que alguien gustaría de explorar en un contexto narrativo. Hay infinitas posibilidades desde las que uno puede decir "esto haría un buen libro ilustrado", pero una vez declarado, no hay vuelta atrás. Lo necesario entonces es completar el rompecabezas con un esbozo de los elementos necesarios para hacer eso: establecer la finalidad del libro (educar, entretener, desafiar alguna habilidad del lector, perturbar, etc. la cuestión es tener claro qué es lo que se pretende lograr como autor), establecer el texto (no tiene que necesariamente ser una historia y no hay que necesariamente escribirlo, ojo ahí) y determinar el público al que se dirige (¿es para todo público? ¿es para niñ@s? ¿es para adultos?)

En nuestro caso, la principal motivación era colaborar en algo artístico. Una vez que acordamos trabajar en algo relacionado a la ilustración, no nos costó nada decidir que relato ocupar: un cuento original que mi padre inventó hace muchos años para enseñarnos a mi hermana y a mí a no quedarnos despiertas hasta tarde.
Finalidad: ✓, relato: ✓, público: ✓

2. Conocer el mercado

Investigar sobre lo que ya existe. Hacer un tour por librerías y hojear lo que encuentres en la sección pertinente a tu proyecto. Investigar en internet sobre libros similares o simplemente libros que pudieran ser de tu interés: uno puede inspirarse bastante viendo el trabajo de otros, tratando de entender como pensaron y como solucionaron determinadas cosas. Muy importante es entender el rango etario al que va dirigido. ¿Tu libro es para niños de 7 años? busca a tus sobrinos de 7 años y preguntales que libros tienen y ve que tienen en común, preguntales que les gusta o preguntate tú que hubieras gustado de leer a esa edad.

3. Red de apoyo y/o respaldo

¿Me puedo hacer cargo de todo y prescindir de la ayuda de otros? por supuesto que sí, pero así uno corre el terrible riesgo de hacer algo...mediocre. El feedback es siempre útil y en mi opinion, necesario.
Es muy bueno, si es que es un proyecto colaborativo (como el mío), saber distribuir las labores dentro de las fortalezas y posibilidades de cada miembro del equipo (en nuestro caso, mi papá hizo la historia, yo la redacté. Yo me encargo del diseño y composición de las páginas pero él se encarga de diseñar el personaje principal. Así vamos hasta ahora.) Si es un proyecto en solitario, siempre es bueno tener a mano a personas que estén dispuestas a corregir tu redacción, ayudarte con la composición de las imágenes o con la edición digital, si es que lo requirieras (no digo que hay que pedir favores a tus amigos diseñadores ni nada por el estilo, siempre apreciar el trabajo de otros y pagar lo que corresponde).
Lo importante es saber identificar si es que cuentas con el apoyo necesario para poder trabajar sin estancarte demasiado en nimiedades como no poder encontrar la palabra correcta, o no poder decidir el color de los ojos de tu personaje. Mantén cerca a tus contactos de confianza que pudieran aportar con uno que otro consejo, una opinion o alguna palmadita de animo en los momentos que todo parece perdido y quieres abandonar.

4. Recursos

¿Tengo los materiales necesarios para trabajar? Si no, ¿tengo el dinero suficiente para conseguir los materiales? Ojj, plata. Se necesita plata pero además recursos materiales fundamentales. Como mínimo, un computador con software de edición de imágenes y diagramación, idealmente Adobe Photoshop, Illustrator y/o InDesign. Si tus ilustraciones serán completamente digitales, entonces con eso estás! pero si planeas hacer algo tradicional como acuarela, tintas o pintura al óleo, necesitas o un buen escanner o una buena cámara...y bueno, acuarelas, papel de acuarela, pinceles, prensa, bastidor entelado, mesa de luz y que se yo. Cosas necesarias para algunos, innecesarias para otros. Yo soy de la escuela de confiar-en-poder-sacar-arte-de-lo-que-tengas-a-mano, pero también de la escuela de "mi pincel está chascón, tengo que comprarme otro". Honestamente, de acuerdo a tus exigencias personales, un cuaderno y lapiz bic ya son suficientes para empezar. Depende de ti definir si requieres más cosas.

5. Experiencia básica

A veces me siento en la librería a mirar los libritos que apilan en la sección de niños y francamente, el mundo está muy bien con o sin ellos (sin los libros, no sin los niños); se nota sobre todo una falta de interés por parte de los ilustradores y autores por igual, porque probablemente el autor escribió algo por encargo y el que se lo encargó buscó también al ilustrador que cobraba menos, no a quien consideraba mejor para el trabajo. Es brutal la magnitud de desvínculo e irresponsabilidad para con estas manifestaciones.
Siento que antes de empezar con un proyecto de libro ilustrado hay que tener un mínimo de experiencia siendo consumidor, habiendo comprado libros para uno o para otros en el pasado como mínimo, porque hasta que no te propones elegir o discriminar uno por contenido, imagen, tema, título, etc. no estás listo para sopesar la importancia de tus decisiones como autor en el público objetivo. Ver los libros ilustrados con animo crítico, tener razones para querer más de algo (o algo diferente) es lo que alimenta el potencial de ofrecer al mercado opciones mejores. Pero por sobre todo, tu experiencia como consumidor te puede orientar a entender, tal como una imagen puede cambiar el tono de un texto, la inmensa responsabilidad en el establecimiento de una asociación de un concepto a una imagen en la educación de las personas.
Un libro es una tremenda herramienta y hay que hacerse cargo de utilizarla con el nivel de compromiso adecuado.



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Esto fue una pincelada de todo lo que evalué previo a empezar con el trabajo duro de verdad. Una vez que ya termina uno de pre-ocuparse, hay que ocuparse. 



TEXTO →



*Quiero aclarar que esta pauta aplica mejor a un proceso como el nuestro, en el que planeamos hacernos cargo de todo al 100%, es decir escribir, ilustrar, diagramar y quizás hasta publicar por nuestra cuenta, por lo tanto, para proyectos en que se necesite contratar ilustradores, diseñadores o quien sea, creo que tendrán que seguir buscando por ahí. Yo puedo ofrecer dos links a artículos bastante útiles que he estado revisando, pero están en inglés! (y si no les sirve en ingles pueden pedirme ayuda para que les traduzca las ideas).

Aquí van:
How to write a children's book?
How to illustrate a children's book?







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