domingo, 24 de junio de 2018

[Crítica de libro] "El Club de la Pelea" de Chuck Palahniuk


Título original: Fight Club
Autor: Chuck Palahniuk
País de Nacionalidad: Estados Unidos
Editorial: Debolsillo
Año de publicación: 1996
Nº de páginas: 224



Algunas notas antes de empezar:

Me había estado negando a escribir porque no tenía la energía (que, irónica y adecuadamente, me chupa el trabajo nuevo) y porque no sé escribir tan bien como Marrata y porque pienso que a quién le importa lo que yo opino sobre una historia; pero ya, me dije, hazte cargo y empieza. Y esto pasó.
Desde que vi la peli (hace años, en mi pequeñez) que el deseo de leer el Club de la Pelea estuvo en mi mente, con la fuerza suficiente para recordarlo, pero no tanto como para buscarlo. Hasta que llegó a mí como un regalo de alguien muy querido, cerca de la época en que decidimos hacer este blog. Así que claramente tenía que partir con esta obra.

Reseñas y análisis del Club de la Pelea hay miles y muy buenos. No es mi intención acercarme a ello, ya que no tengo las herramientas teóricas para argumentar o desglosar nada; simplemente quiero decir las cosas que me gustaron y las que no, y en qué me hizo pensar. Ah, y como todavía no sé bien qué estoy haciendo, debo decir que lo siguiente no está libre de spoilers, repito HAY SPOILERS POR MONTÓN. Eventualmente alcanzaré la sabiduría de escribir sin necesidad mencionar todo lo que pasa, pero este no es el día.

Aclarados estos puntos y sin más preámbulo, charán chan chán,
La súper primer reseña de Vincapervincata:

El Club de la Pelea o una guía para sobrevivir a medio morir saltando en el mundo laboral adulto – pero no realmente.

Quiero hablar, principalmente, de dos temas: los personajes y la escritura.

Como se sabe, la historia gira en torno a tres personajes: el protagonista, Tyler Durden y Marla Singer.
Marla cumple su propósito en la historia (“Se trata de una especie de triángulo amoroso: yo quiero a Tyler, Tyler quiere a Marla, Marla me quiere a mí”. Primer spoiler). Es desagradable durante gran parte de la historia, pero supongo que es la idea; y se hace más tolerable ya más al final, a partir de su preocupación por el protagonista.
Ahora. No sé cómo será la experiencia de leerlo sin saber que Tyler es (SPOILER!! SPOILER!!) la otra personalidad del protagonista, pero sabiéndolo del principio obviamente quita un poco de brillo. De todas formas, son entretenidas las pistas que se van dando a los largo de la historia y creo que un lector sagaz podría deducir qué es lo que pasa.
Tyler… me causa ciertos sentimientos encontrados. Por un lado, es genial; un líder carismático que logra movilizar a una masa enorme de hombres en pos de su ideal. Siempre está en movimiento y puede ser sorprendentemente inocente en algunos momentos. Por otro lado, muchas veces presenta un nivel de inmadurez e insensatez desesperantes.  
El protagonista me cae bien. Está cansado de todo, su única solución para poder seguir viviendo son estos grupos de autoayuda de enfermedades terminales, no tiene mucha capacidad de decisión y se siente inmediatamente cautivado por Tyler.
Hay tres momentos geniales del protagonista, en los que actúa como Tyler (me refiero a que conscientemente es el protagonista, no Tyler):

  • Cuando se golpea a sí mismo en la oficina.
  • Cuando va manejando el mecánico y toma el control del volante.
  • Cuando se enfrenta a un club de la pelea casi completo.

Estos momentos son posibles gracias al estilo de escritura, el que creo que es el gran punto fuerte del libro. Ágil y fácil de seguir, una especie de corriente de la consciencia que va de un tema a otro, pero sin perder el hilo conductor de la historia principal; logra ser <<cercano>>, real y entretenido.

Los capítulos son cortos y se remiten a una escena, haciendo que el libro sea uno de los más ordenados y claros que he leído. El primer capítulo cumple totalmente con engancharnos a la historia, introduciendo a los personajes y presentando el estado de las cosas.

Hay dos capítulos que me gustaron especialmente la primera vez que lo leí (la segunda igual, pero sin la sorpresa de lo nuevo):
- Dieciocho, en el que el protagonista, el mecánico y tres monos espaciales van en un auto y hacen amagues de chocar de frente con otros. Contiene el segundo momento genial del protagonista, y el único momento de la historia en la que él intenta efectivamente matarse.
Veinte, en el que el protagonista amenaza a un joven para que estudie lo que quiere (necesitamos que la opción sea morir o ser lo que de verdad deseamos, para finalmente hacerlo). Es la única parte que está escrita en segunda persona.
No sé si me había pasado antes esto de decir “oh, qué buen capítulo”, pero éstos son tan redondos, tan bien hilados y atractivos, que lo lograron.

Es necesario mencionar lo importante que es el final y cómo, una vez más, la industria cinematográfica se come la conclusión literaria en una adaptación (no tan terrible como con La Naranja Mecánica; NUNCA tan terrible como con La Naranja Mecánica). La historia gira en torno al replanteamiento de la existencia del protagonista, y las definiciones a las que llega al final y la situación de impotencia, inacción y frustración en la que termina, cierran la trama y la idea principal logrando transmitir un mensaje que el final espectacular de la película se pierde.

Debo reconocer que mi disposición para leer el Club de la Pelea era de harto escepticismo. Es el tipo de película/libro/autor que suele sobreamarse porque es Brad Pitt incitándote a destruir el sistema y yo suelo rechazar esas situaciones, pero me sorprendió de la mejor manera. De verdad me gustó.

Lo recomiendo especialmente para: personas que no les guste mucho leer, personas que les gustó la película (porque como siempre, el libro es mejor) y creo que a adolescentes igual, pensando en el trabajo pedagógico que se puede realizar.








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