martes, 6 de febrero de 2018

[Crítica de libro] "Los Magos" de Lev Grossman


Título original: The Magicians
Autor: Lev Grossman
País de Nacionalidad: Estados Unidos
Editorial: Viking
Año de publicación: 2009
Nº de páginas: 402




Reseña corta:

El libro, marcado por un aura a ratos pesimista y a ratos existencialista, explora las desventuras de Quentin Coldwater una vez admitido en la institución de Brakebills, una universidad de magia. La novela como suerte de manifiesto, se pronuncia rupturista en lo que va de “relatos de/con magia” y avanza por distintos escenarios (literal y figurativamente hablando) en los que el protagonista, un joven insufrible, se enfrenta a la vida con la crudeza propia de quien es arrojado al mundo y de manera ingenua cree estar listo para ello.


Reseña larga:

Llegué a este libro por causa de este blog, casualmente.

El otro día estaba preparando un post de análisis sobre la magia en la literatura de ficción y mientras leía algunos estudios de gente mucho más seria que yo, me percaté de que me faltaban leer algunas piezas claves dentro del repertorio de “libros de magia” básicos. Este particular libro lo tenía en mi lista porque Patrick Rothfuss lo mencionó en un post de recomendaciones, y citaba a George R. Martin con el comentario:

“Estos días, cualquier novela sobre jóvenes hechiceros en una escuela de magia invita, inevitablemente, a compararla con Harry Potter. Lev Grossman encara el desafío… y muy exitosamente. Los Magos es a Harry Potter como un trago de whiskey irlandés es a un vaso de té simple”

Vaya si saben éstos autores como atraer mi atención.

El relato abre introduciendo a Quentin Coldwater, quien es muy inteligente, infeliz e insoportable. Quentin ha estado obsesionado desde pequeño con Fillory, que es un mundo de fantasía de su saga de novelas favorita, y ha sido su refugio emocional siempre que el mundo se vuelve demasiado para él. Por una seguidilla de acontecimientos, Quentin de pronto se ve arrastrado a una universidad de magia en la que parecen ofrecerle todo lo que ha estado esperando en la vida.

El libro despliega un tono pesimista y oscuro al extremo que desagrada al público en general, según los review que he visto hasta ahora. Se nota también que esto es algo deliberado y se ve que es un esfuerzo por hacer ver al protagonista como un ser desagradable y un tanto jueputa, por parte del autor. Uno como lector a ratos se ve conflictuado en tanto no puede empatizar con sus decisiones, pero siento que, en el fondo, el propósito de Quentin es encarnar aquella opción de vivir guiado por tus impulsos, por salvajes que parezcan y que lo caracterizaría como un total opuesto de un Gary Stu. Tengo una extrema debilidad por historias así: feas, sucias, maldad, error, pecado. Todo coronado por un protagonista que hace chillar de horror a algunos e inspira fanarts alocados en los que sí gustamos de esas cosas. Ahora, Quentin es de esos que son perfectos para historias así, pero a mí no me agrada en lo absoluto. Quentin es un motor narrativo que no añade singularidad a la historia más allá de lo edgy o depresivo que es, pero que son todos los otros personajes también. No aporta con mucho más a la mesa, por tanto, en ese sentido el libro se queda corto a ratos.

No obstante, funciona como un todo, y me arrastró por días hasta que terminé de leer y comencé de inmediato el segundo tomo.

Lo que más me gustó de “Los Magos” es sin lugar a dudas lo bien manejado de la incertidumbre que siembra. Guardo un respeto especial por aquellos libros que me hacen sentir nerviosa o shockeada legítimamente. La escena de La Bestia me pareció excelente, por eso y otras cosas, (no voy a spoilear) pero más allá de eso, marca un momento en la historia que se mantiene siempre en segundo plano, a pesar de que no le dan muchas vueltas en adelante y uno como lector no puede dejar de presentir su relevancia en la trama e inquietarse por la rapidez con que el tema es dejado de lado, ya que uno solo puede hacer conjeturas y temer por los personajes. Por otra parte, está Fillory. Fillory es presentada desde el inicio y continúa siendo un foco de reflexión superficial hasta el final de la historia. Sin embargo, esa tensión del introducir y luego dejar de lado elementos para solo ser mencionados en el futuro no deja de ser algo que llama la atención a quienes vemos las cosas pasar desde afuera y no podemos evitar el preguntarnos ¿de que va a servir esta información en el futuro del personaje?

Por otra parte, a pesar de que estamos hablando de un libro de magos, esta vez increíblemente me hallo con nada que decir del sistema de magia. Si bien mi criterio para enfrentar un libro nuevo aborda temas como el feeling general, personajes, fluidez de narración y calidad de trama, en el caso de los libros de fantasía dedico siempre un especial interés al sistema de magia introducido para añadir a la crítica. Es algo que me importa DEMASIADO, más de lo que me gusta admitir, incluso. Con “Los Magos” se vuelve confuso, porque no se le da el protagonismo al elemento mágico habitual a las novelas de este tipo, y eso es porque este no es un libro de magia realmente. Y lo que es es… un libro sobre personas. Con un poco de magia, y un poco de otras cosas. Pero es eso. El elemento central y en torno al cual muchas veces avanza y pivota la narrativa es nada más que la felicidad y la satisfacción en la vida. Es un planteamiento filosófico muy relevante para aquellos que crecimos con novelas de fantasía y soñamos con estar en ese mundo en vez de este, quienes esperamos la carta de Hogwarts y pasamos la infancia buscando hadas y hoyos de conejos blancos en el jardín. Lev Grossman viene y dice “supongamos que eso sucede, que se te ofrece la posibilidad de encontrar ese algo imposible” y nos muestra, con mucha sal en el proceso, que ningún mecanismo sobrenatural o golpe de suerte puede garantizarte el control de las cosas. En especial de la vida tuya y de los que amas. 

(Repetí muchas veces "vida" y "magia" y por eso, me disculpo)

Recomiendo el libro a: Mayores de 18 años (no solo por la cantidad de sexo, sino por la crisis propia de la edad), veteranos de Harry Potter, nihilistas open-minded, quienes busquen novelas de deconstrucción de tópicos clásicos.

Nota personal: 4,5 / 5









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